Me muero de ganas de saber como será el primer año de la segunda década de este siglo que ha empezado a lanzarnos buenos regresos que van de la mano de nuevas propuestas de bandas que siguen desarrollándose bajo las influencias de sus antecesores (70s, 80s y 90s) que remecieron y establecieron los parámetros de lo que hoy en día nosotros escuchamos.
Enero y Febrero nos está dejando un buen feeling lleno de sonidos lo-fi, wave, electro pop, chill wave y garage rock que continúan la linea de la era revival que se hará notar con mayor intensidad durante el año que ya estamos viviendo. Me siento musicalmente satisfecha con lo que mis oídos han podido escuchar de un verano cargado de producciones intensas. Aquí va la primera parte de 3 discos que han captado mi atención.
Asobi Seksu, es una banda a la que tuve la suerte de ver en vivo en Lima. Lo que recuerdo de aquel momento fue a un grupo entregado a su música que nos emocionó de una manera especial con la melodiosa voz de su vocalista y las excelentes fusiones de sonidos que nacieron quizás cuando estábamos en pañales.
Fluorescence, es la nueva producción que nos trae este grupo formado en Nueva York, que ha sabido mantener la constancia y la habilidad de mezclar sonidos ochenteros y synth-poperos que me hicieron recordar mucho a Cocteau Twins sobre todo en Trails en donde la voz de la vocalista se acerca con éxito a la de Elizabeth Fraser. Notable logro.
Sin embargo, no dejan de lado los buenos riffs y el sonido noise pop de una batería que va en sintonía con todos los sonidos shoegazing y rockeros de la banda (Coming Up / My Baby / Sighs) que dan forma a un álbum rico en sonidos muy a lo Asobi que los hacen casi inolvidables e infaltables en tu Ipod. No hay mejor acierto, créeme.
In my head se convirtió en la canción que me gustaría que sonara en mi funeral, tiene un beat muy especial, sobre todo en los primeros minutos que junto a la voz angelical de Yuki Chikudate, no podría encajar mejor con la sensación de partir hacia el otro mundo, en donde seguramente encontraría la anhelada paz que todos buscamos.
Leave the drummer out there es una canción que empieza con un bajo y una batería que van in crescendo que predomina en casi toda la canción. Surge una transformación en el minuto 2.20 que nos inserta, gracias a los efectos de los sintetizadores, a un mundo paralelo donde te dejas llevar por el ritmo y empiezas a mover la cabeza lentamente hasta que la voz de Yuki te guía hacia un espacio personal en donde todo empieza a ir más rápido y luego… despiertas.
Trance Out es sin duda alguna, la mas bailable y joyful del disco en donde el nombre de la canción no pudo ser el mas acertado. Junto con Pink Light dan cierre a un álbum cargado de solidez rítmica que quizás pase desapercibido para algunos pero ciertamente consolida en sus fans un regreso exitoso que se verá en la asistencia a la gira que ya está en curso.